viernes, 15 de junio de 2012
En declaraciones fuera de toda lógica y del sentido común, el alcalde de Bogotá, ex militante del movimiento armado M-19, afirmó en declaraciones recogidas por el diario El Tiempo que “los toros de lidia no volverán a pisar la plaza de toros La Santamaría, como lo han hecho desde 1931; serán reemplazados por poetas y escritores” que como "mandante del contrato", refiriéndose al arriendo del coso, “puede dejar de patrocinar el uso del lugar para lo que fue hecho… que la plaza no es propiedad de la Corporación Taurina sino de la ciudad y que ante la negativa de esta de eliminar del espectáculo la muerte del toro de lidia, el Instituto de Recreación y Deporte (IDRD) recibiría nuevas disposiciones para el uso de la plaza”.
Uso que según un comunicado oficial será para eventos culturales y educativos “en el que los mejores poetas y escritores se reunirán con los estudiantes de nuestros colegios públicos para dictar clases de literatura y letras, haciendo parte de la cadena de establecimientos culturales y educativos". Frases que demuestran un carácter demagógico en su accionar.
Sin embargo, ni el alcalde ni su secretario general -que declaró para una emisora local- se refieren al perjuicio económico que su ilegal e inconstitucional decisión traerá a la ciudad al dejar de ingresar en sus arcas “unos 5.000 millones de pesos, los que la ciudad dejaría de recibir por las temporadas que no se realizarían” del 2012 al 2015, según el gerente de la CTB Felipe Negret, “cayendo en un clarísimo detrimento patrimonial”.
Para Negret, el alcalde “está violando la imparcialidad que debe tener todo funcionario público, él no está por encima de la ley, tiene que gobernar como Alcalde y no como capataz", sentenció, al tiempo que lo invitó a recapacitar y a cumplir el contrato firmado hasta el 31 de marzo del 2015. "Nosotros queremos hablar, las amenazas vienen de parte del Alcalde… tenemos argumentos jurídicos para defender las corridas de toros y hacer uso de la plaza La Santamaría”.
Sin embargo, este conflicto tiene un tercer aspecto que tampoco ha sido considerado por el alcalde prevaricador, que es el desamparo en el que quedarán más de 35 mil familias que viven en torno a la actividad taurina capitalina. Además de violar el derecho humano a la cultura que está amparado por diversos convenios internacionales y sin duda está por encima de cualquier supuesto derecho animal.
Los abolicionistas se movilizarán el 25 de junio para exigir que el tema de la protección animal esté en el Plan de Desarrollo municipal, cuando la vía legal para conseguir sus propósitos son otras, mismas que fueron sentenciadas en su contra por el Tribunal Constitucional en el 2010.
Ante este panorama, es urgente e imperativo que la primera figura del toreo colombiano, y americano, lidere la defensa de la tradición taurina de su ciudad y de su país. El peso de la trayectoria del maestro César Rincón, y de la historia que escribió - y escribe- como embajador de la cultura colombiana en el mundo le dan la autoridad para hacerlo.
Efecto dominó
Ante el río revuelto que supone el ilegal accionar del alcalde de Bogotá, el de Medellín ya aseguró que planteará a los taurinos que en la plaza de toros La Macarena, se elimine la muerte de los toros
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