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sábado, 9 de junio de 2012

N= 5 La Selección de becerras para pie de simiente: Las fincas dedicadas a la cría de ganado bravo se denominan dehesas y en ellas pastan, en zonas distintas y diferenciadas de la misma, los animales que componen la ganadería: los sementales, toros dedicados en exclusiva a la monta y la reproducción; las vacas de vientre, dedicadas a la cría de bravo, cuyo conjunto constituye la vacada; los recentales y los añojos, crías de distintas edades, apartados o no de sus respectivas madres; y los toros y novillos de plaza o de muerte, que conforman la torada o camada. Los cabestros o bueyes, toros castrados y domesticados, que acompañan al ganado bravo y ayudan al personal de la ganadería en las conducciones, encierros, apartados y enchiqueramientos. Del personal de la ganadería destaca el mayoral, caporal o jefe de todos los demás: vaqueros, novilleros, cabestreros, pastores y zagales (mozos que ayudan al mayoral arreando las caballerías). Los vaqueros y novilleros se sirven para realizar sus trabajos a caballo de la garrocha, una vara de unos tres metros de longitud, con una pequeña puya en su extremo, útil para dirigir y manejar al ganado. Los ganaderos por su parte, llevan un registro genealógico en el que consta cada res con su fecha de nacimiento, nombre de la vaca y el semental del que proceden, su nombre, la pinta, el número, los datos del herradero y de la tienta y, por último, si es semental o vaca de vientre, su descendencia y si fue toro de muerte, su comportamiento en la plaza. Por estas razones el suscrito está convencido de que criar toros bravos, es una labor difícil y complicada, pero apasionante, ya que la satisfacción que da a su criador cuando sale al ruedo un toro y hace honor a su divisa la llena de orgullo, pues todos los sinsabores que hubo necesidad de superar, valieron la pena en la búsqueda de la bravura y de la casta, unida a la nobleza y la calidad. La crianza de toros bravos es un compromiso que involucra a generaciones de familias, es una tradición que al paso de los años engrandece el abolengo de las casas ganaderas. La selección del ganado bravo no es fácil, ya que comprende aspectos genealógicos, morfológicos y funcionales, que quedan supeditados a la comprobación de la descendencia. Un aspecto de vital importancia es la selección de las futuras madres mediante una prueba que las somete a ser picadas y toreadas en el tentadero de la ganadería; para ello, la tienta de hembras se realiza generalmente cuando ya tienen dos años de edad, porque ya han alcanzado un estado de desarrollo corporal adecuado y se encuentran fuertes y listas para el momento de ser sometidas a esta prueba. Las vacas, sin embargo, es más que conveniente que sean toreadas, y mucho, a fin de medir la calidad y la cantidad de sus embestidas. Se realiza en una plaza que lleva por nombre plaza de tientas, puede ser cuadrada o redonda y de mucho menor tamaño que el de las plazas de toros y es un remedo de la suerte de varas o pica, en la que se emplea una puya mucho más pequeña que la reglamentada para las corridas. La respuesta del animal al dolor, su reiteración en la embestida y su resistencia bajo el caballo desde el cual el picador (habiendo recibido como mínimo cuatro puyazos), permiten al ganadero prever sus cualidades quien la pica con una pequeña puya, deberá recibir cuando menos cuatro puyazos para ver sus características y temperamento, una vez que el ganadero dice vista, la vaquilla es toreada con muleta por un torero (que siempre debe ser el mismo para la ganadería), siempre bajo la dirección del ganadero, quien toma notas del comportamiento de la vaquilla en todo momento. Muy resumidamente se puede señalar que consiste en medir a cada hembra, tanto en el caballo, como en la muleta, calibrando su acometividad, fijeza, embestida, nobleza, alegría, complexión y resistencia. En base a esto el ganadero decide si la vaquilla va a la reproducción o se elimina de su ganadería. Se califica generalmente del 1 al 10: Raza, movilidad, codicia, nobleza, prontitud y fijeza. Y se pone al final una letra en el libro de controles del ganadero NA = No aprobada, para saber que fue desechada, R = Regular, B = Buena, MB = Muy Buena y E = Excelente. Las becerras que han pasado la prueba de la tienta y se convierten en las vacas de vientre, representan el verdadero patrimonio de una ganadería, ya que cuando queremos calibrar la importancia de esta, no nos fijaremos en el número de toros de saca que tiene (listos para ser lidiados), sino en el número de vacas bravas de que dispone. Es criterio generalizado entre los ganaderos, que los sementales trasmiten su aspecto físico, mientras que la vaca transmite principalmente las características de bravura: género, raza, nobleza. Prototipo racial en la hembra: Su cabeza es estrecha y alargada, con cuernos en forma de gancho, muy desarrollados y finos, ojos expresivos y de mirada agresiva; cuello descarnado plano y con poca papada; el tronco poco armonioso, línea dorsolumbar recta o ligeramente ensillada, presentándose con frecuencia hundida en las vacas de mayor edad, lomos descarnados, pecho poco profundo, costillares arqueados y vientre abultado. Grupa muy derribada con ileon muy prominentes, nalgas rectas y cola larga y fina; la alzada aproximada es de 90 a 110 cm. en función del encaste y la ganadería, oscilando el peso según estas mismas variables en torno a los 250 a 350 Fuente : Jaime Montoya ( TORERO )

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