lunes, 9 de julio de 2012
Los novilleros Juan Maya y Vicente Soler, puerta grande en Fuentesaúco 09 Julio 2012,
El novillero de la Escuela superior de Tauromaquia de Guadalajara, Juan Manuel Maya y el de la Escuela taurina de Castellón Vicente Soler han salido a hombros de la plaza tras cortar dos orejas el primero y dos orejas y rabo el segundo a los novillos que les correspondieron en la semifinal del Concurso de novilleros y ganaderías. En el apartado de ganaderías la triunfadora ha sido la de Adelaida Rodríguez por un novillo lidiado en quinto lugar, bravo, encastado, que fue a mejor a medida que avanzaba su lidia al que se le otorgó merecidamente el pañuelo azul desde la Presidencia de la Plaza con el público aplaudiendo con fuerza y puesto en pie mientras las mulillas arrastraban la res.
La verdad es que uno se reencuentra con los mejores momentos de la tauromaquia al presenciar un extraordinario espectáculo como el dado hoy en la plaza de Fuentesaúco dentro del denominado premio "garbanzo de oro", al que accedían en esta ocasión seis ganaderías y seis novilleros sin caballos de distintas escuelas taurinas. Organización perfecta, explicación previa del contenido del certamen y bastante público para lo que suele ser habitual en este tipo de festejos reglados que se divirtió, aplaudió y salió encantado y comentando la tarde de toros extraordinaria pasada en la localidad zamorana que se halla en las fiestas de la Visitación.
Los seis novillos bravos, enrazados, repetidores, con casta sobrada, la mayoría sin abrir la boca fueron lidiados, unos con mayor acierto que otros, por seis chavales que quieren ser toreros y a los que la empresa Espectáculos taurinos y Gestión contrató con la aquiescencia del Ayuntamiento saucano. Todos los novilleros fueron premiados con un ramo de garbanzos, dando pie a la leyenda que hoy se ha empezado a tejer en Fuentesaúco para fomento y apoyo a la Tauromaquia de los comienzos, del principio, de lo más difícil.
Por hacerlo más llevadero vamos a explicar primero cómo hemos visto a los ejemplares lidiados esta tarde. En primer lugar los novillos perfectamente presentados, con hechuras, lustrosos y de variadas capas y encastes. Abrió plaza un colorado de "Miranda de Pericalvo", bravo, cuajado, con fuelle y trapío y extraordinario para la muleta que fue aplaudido en el arrastre.
En segundo lugar saltó al ruedo otro colorado de Espioja, bravo repetidor, embistiendo con el hocico por abajo, queriéndose comer la tela, que también fue aplaudido en el arrastre.
Como tercero se lidió uno del Quiñón, colorado y bociblanco, serio, hecho, encastado, duro que daba las vueltas como un rayo, muy exigente el novillo.
En cuarto lugar saltó el de Casasola, de capa negra, alto de patas, bravo y duro, repetidor pero había que hacerle las cosas muy bien. Estuvo por encima de su matador.
Como quinto, por aquello de no hay quinto malo, echaron el de Adelaida Rodríguez, un Lisardo auténtico, bien presentado, con cuajo, enrazado, que cambió a mejor, a dulce, a estupendo, a codicioso y dando muestras de bravura sin par. Fue premiado con el pañuelo azul y a la postre ganador del concurso.
Cerró corrida el de Raso de Portillo otro ejemplar bravo, encastado, y exigente, al que había que hacerle las cosas bien. Fue aplaudido.
Y por los chavales sobresalieron dos por encima de todos, con estilo, preparación, técnica, entrega, variedad en sus faenas y despiertos para esto del toreo: Ellos fueron Juan Manuel Maya, muy valiente toda la tarde, completo en su toreo que además puso banderillas, clavando arriba y siendo muy aplaudido y el castellonense Vicente Soler quien además tuvo la fortuna de coger el mejor toro del encierro siendo los demás también de nota alta como hemos relatado arriba.
Mañana lunes se dilucida la final para los novilleros al lidiar dos ejemplares cada uno de la ganadería de Casasola, con divisa amarilla y encarnada de Ángel Martín-Tabernero, éstos de encaste Aldeanueva.
Antonio Boyano, el torero de Villalpando, brindó a su mentor Andrés Vázquez, presente en la corrida. Realizó una aseada faena, con ambas manos, pero con varios enganches y estuvo flojo con la espada. Quizás por aquello de más que abrir plaza, porque se torea poco sin caballos, Antonio no pudo sobreponerse a la codicia extraordinaria del de Pericalvo. Escuchó aplausos tras despenar al animal.
Juan Manuel Maya propina unos lances de recibo, encelando al animal y banderillea él mismo. Brinda a la concurrencia y se echa de rodillas en el medio del ruedo. Buena serie por la derecha, entregada, con fe, artística. Le recetó una media perpendicular y precisó un golpe de descabello.
Jesús Martínez, de la Escuela taurina de Madrid, no pudo con el brío del del Quiñón que se volvía a una velocidad de vértigo, pero que por el pitón izquierdo le cuajó lo mejor de la tarde. Mucha voluntasd en su toreo y ante el novillo que no abrió la boca en ningún momento precisó de tres intentos para mandarlo al desolladero.
Álvaro Lorenzo, pechó con una encastada res a la que no supo ni pudo dominar. Muy por encima el animal del torero, el chico se vino en cierta manera abajo y decidió pasaportar al de Casasola, tras pasar un calvario con la espada y el descabello.
Vicente Soler, variado y muy torero, con quites, pases con ambas manos, luciendo al novillo, entregándose en los remates, llevando muy toreado al de Adelaida y recetándole una estocada hasta la bola. El público pidió con fuerza el rabo del animal que le fue concedido por la presidencia en tanto exhibía el pañuelo azul para el ejemplar extraordinario de Adelaida Rodríguez.
Y por último actuó Manuel Gutiérrez, novillero de la Fundación El Juli. Tras saludar con el capote compartió el tercio de banderillas con su compañero Juan Manuel Maya. Bien con la izquierda en un par de series entregadas. La exigencia del novillo no le permitió más que unos adornos finales muy toreros y de pinturería. Falló con la tizona y recibió los aplausos de la concurrencia cuando acabó con la vida del ejemplar del Raso Portillo.
En fin, todo bien en Fuentesaúco. Hasta la banda de música UNYS de de Fuentespreadas que amenizó el espectáculo, apoyados por el saxo tenor de Fernando Juana, el conde de Carrejano, un simpático personaje de Fuentesaúco que me contó la historia de unos anillos que en otra ocasión referiré.
Y mañana la gran final entre los dos triunfadores de hoy, dos chavales que llegarán a ser toreros si no se tuercen sus vidas.
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