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sábado, 22 de septiembre de 2012

ÁLVARO DOMECQ Y DÍEZ
Jerez de la Frontera, el 1 de julio de 1917 Temporada 1944: abrió el paseíllo en 50 funciones en los más importantes cosos españoles, como Las Ventas. Importantes triunfos, como el obtenido en Santander, el 20 de agosto. Otros datos: ganadero, hermano del Marqués de Domecq. Dirigía la ganadería de Torrestrella. Padre del rejoneador Álvaro Domecq Romero y abuelo de los rejoneadores Luis y Antonio Domecq. Por sus actuaciones desinteresadas por causas benéficas el 11 de octubre de 1945 le fue otorgada la Cruz de Beneficencia. En 2000 recibe un homenaje en la Universidad de Navarra. Fallece el 5 de octubre de 2005 en su finca de Los Alburejos, a los 88 años de edad. D. Álvaro Domecq lee la noticia de la muerte de Manolete. Había estado con él hasta el momento de su muerte, pues le unía una gran amistad. Indiscutible señor del campo andaluz Rejoneador, político y ganadero, con él muere una de las más grandes figuras de la tauromaquia A los 88 años de edad, el mítico caballero jerezano Alvaro Domecq y Díez falleció ayer en su finca de Los Alburejos. La suya ha sido una vida dedicada íntegramente al caballo, al toro, al campo y a su familia. Don Alvaro nació en Jerez de la Frontera en 1917. Era hijo de Juan Pedro Domecq Núñez de Villavicencio, que en 1930 adquirió la ganadería del Duque de Veragua. Sus hermanos Juan Pedro y Salvador también fueron ganaderos. El primero de ellos fue el que fundó la divisa de Juan Pedro Domecq. Desde pequeño vivió el ambiente taurino en su casa. También desde muy pequeño se aficionó al caballo, de forma que pronto le entró el veneno del toreo en la faceta de rejoneador. En el año 1935 hizo su primer paseíllo en la plaza de Santander en un espectáculo benéfico. Los primeros años de su andadura fueron para lidiar reses en festivales, pero ya en 1943 comenzó a participar en festejos taurinos. En el año 1944 participó en 50 festejos, para pasar a 40 en los años 1945 y 1946. Su categoría como jinete es indiscutible.El 11 de octubre de 1945 recibió la Cruz de Beneficencia como distinción por numerosas participaciones en festivales benéficos. La casa de Alvaro Domecq fue centro de reuniones de personajes del toreo. Fue amigo personal del Manolete y se encontraba en Linares el 28 de agosto de 1947, fecha en la que el toro Islero de la ganadería de Miura le hirió de muerte. Alvaro Domecq fue testigo de la agonía de Manolete. Quedan testimonios gráficos de su activa presencia en los momentos de la muerte del grandioso torero cordobés. La madre del torero le encargó liquidar su fortuna. Alvaro Domecq y Díez siguió en activo como rejoneador durante la temporada de 1948 y la de 1949 para retirarse en la de 1950.Su actividad como rejoneador tendría nuevas apariciones, como la del 1 de septiembre de 1960 en El Puerto de Santa María para conceder una simbólica alternativa a su hijo Alvaro Domecq Romero.O la más emocionante del 11 de septiembre de 1988 en Ronda para dar la alternativa a su nieto Luis Domecq. Fue ésta su postrera actuación en público. La figura de don Alvaro como rejoneador es clave porque revitalizó este arte después de la Guerra Civil. Su famosa yegua Espléndida le dio tardes de gloria y la familia Domecq la inmortalizó en la finca de Los Alburejos al dedicarle un patio con su nombre. Su faceta como ganadero incluye la primera ganadería familiar.Su padre compró en 1930 la ganadería del Duque de Veragua. Eran cuatro hermanos. Dice Alvaro: «Mi padre era viudo y debió comprar la ganadería para entretenernos». La visión de las 200 vacas con sus becerros al llegar a la finca fue el detonante de su afición. Su hermano Juan Pedro llevaba la ganadería familiar.A la muerte del padre, vendió su parte porque su idea era crear una ganadería nueva. En 1957 compró el hierro de Salvador Suárez Ternero; la anunció primero como Valcargado. En 1957, tras comprar reses a Curro Chica y posteriormente a Carlos Núñez, pasó a llamarse Torrestrella.Más adelante añadió algo de Jandilla, que era procedente de la ganadería que su hermano había legado a sus sobrinos. Con el paso del tiempo, Torrestrella es un encaste personal. La creación de este hierro de Torrestrella fue la gran obra ganadera de Alvaro Domecq. Con el paso del tiempo los torrestrellas fueron toros con hechuras y comportamientos muy definidos, de forma que se consideran un encaste. De esta ganadería han surgido muchas otras que se formaron con su sangre. Por encima de esta faceta, la figura del patriarca familiar fue decisiva para la afición de sus sobrinos Juan Pedro, Borja y Fernando, que en la actualidad son los propietarios de Juan Pedro Domecq, Jandilla y Zalduendo. Alvaro Domecq ha sido rejoneador, ganadero, taurino, padre y abuelo de rejoneadores, escritor y político. Su hijo Alvaro Domecq Romero siguió la tradición y fue un excelente rejoneador desde su presentación en Ronda en 1959 hasta su despedida en Jerez el 12 de octubre de 1985. Sus nietos, hijos de su hija Fabiola, Luis y Antonio, también son rejoneadores. La finca familiar de Los Alburejos fue un centro de referencia para el toreo. En Los Alburejos se palpaba la fiesta del toro y del caballo en cada rincón. Allí, Alvaro Domecq puso en marcha algunos experimentos que fueron pioneros en su momento, como la conservación de la simiente de los toros para utilizarla en la fecundación in vitro. Todos los veterinarios que trabajaron con él conocen su dedicación a mejorar la especie. También fue político y desempeñó el cargo de alcalde de Jerez y presidente de la Diputación de Cádiz. En años de un régimen definido, don Alvaro fue un político popular. Finalmente, Alvaro Domecq fue un escritor de toros muy prestigioso.Su libro El Toro Bravo es uno de los que todos los aficionados han consultado alguna vez. En la presentación de ese libro, explicó que «animado por José María de Cossío pensaba que era bueno que el criador de reses bravas explicara la intimidad del toro en el campo. Por Carlos Crivell. El Mundo

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