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domingo, 16 de septiembre de 2012

El nombre de Andrés Prado es harto conocido en el ambiente taurino ciudarrealeño. No en vano intentó ser torero, y llegó a serlo en los años setenta, aunque sin conseguir el brillo que él pretendía. No obstante, lo intentó. Y aún cuando abandonó la idea de llegar a figurar entre la élite de la torería, el "veneno" del toro nunca desapareció de su vida. Así se hizo empresario, organizando un número ingente de espectáculos dentro y fuera de los límites de Ciudad Real. Pero no sólo se limitó a la faceta empresarial taurina, sino que también ha sido –y es- apoderado de toreros, como por ejemplo Aníbal Ruiz. Sin embargo, la actividad que hoy le devuelve a las páginas taurinas de LANZA es su faceta como ganadero, ya que Andrés Prado, desde los años 80, también incluyó entre sus actividades la crianza de toros de lidia, si bien fue en 1994 cuando se involucró de lleno en este intrincado campo. Dos fincas Sus toros y vacas pastan muy cerca de Ciudad Real, a escasos seis kilómetros, al pie del santuario de Alarcos. Allí, donde también pastó el toro Granadino, aquél que ayudara a acabar con la vida de Ignacio Sánchez Mejías el siglo pasado. También en 2011 el emprendedor Andrés Prado le compró a Emilio Víctor las reses que componían su ganadería, manteniéndolas en la finca en la que éstas pastaban, Pinos Bajos, en el término de Fernán Caballero, muy cerca de las reses de la popular vacada de Víctor y Marín. El nuevo hato Sin embargo, este inquieto ciudarrealeño no dejó pasar la magnífica oportunidad que se le brindó hace un año al ponerse a su alcance un nutrido grupo de reses de lidia de puro y directo origen Ventorrillo, en aquel momento a nombre de Antonia Aguado. Mas aquel lote de machos reducido inicial se convirtió hace pocas semanas en la adquisición de la vacada completa. En total, el nuevo hato de reses de origen Ventorrillo (puro Juan Pedro Domecq) se compone de 53 vacas de vientre, 11 cuatreños (toros de cuatro años), 12 utreros (novillos de tres años), 14 erales (novillos de dos años), 20 añojos (becerros de un año) y 22 añojas, estos últimos ya herrados con el distintivo de la nueva ganadería. El nombre bajo el cual se lidiarán los ejemplares de esta nueva vacada ya ciudarrealeña será la de la esposa de Andrés Prado, Marisol Domínguez, fiel acompañante -y ayudante en su más amplia acepción del término- de Andrés durante más de cuarenta años de convivencia juntos. Durante varias semanas Andrés Prado y su esposa han intentado encontrar una finca adecuadamente acondicionada para llevar allí su nueva adquisición. Sin embargo el esfuerzo no ha rendido resultado favorables, por lo que las reses del hierro de Marisol Paniagua pastarán entre las fincas de Alarcos, y la de Pinos Bajos antes citada, propiedad de la familia Víctor Romero, la cual está arrendada a Prado desde el año pasado. Aumenta la crianza de toros de lidia en Ciudad Real. Estamos de enhorabuena. Fuente: LANZA DIGITAL.

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