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martes, 29 de enero de 2013

FLORENTINO BALLESTEROS SOLSONA
Nació el 9 ó el 11 de enero de 1893 en Calatayud (Zaragoza). Tomo la alternativa el 13 de abril de 1916 de manos del célebre “Joselito” en Madrid. Le hirió gravemente en el pecho un toro de la dehesa de Benjumea de nombre, "Cocinero" el día 23 de abril de 1917, en la Plaza de Las Ventas en Madrid., muriendo a los dos días en una pensión de esa misma ciudad. La cornada en el pecho se produjo al dar un lance de capa y fue de 8 cms de profundidad. Ese día al torear su última corrida en Madrid, Florentino Ballesteros, con Manuel Mejías Rapela “Bienvenida” y José Gómez “Gallito”, en una corrida compuesta por tres toros de Benjumea y tres de Gamero Cívico, la tercera res de Benjumea, que cerraba plaza, de nombre, “Cocinero”, y de pelo berrendo en castaño, cuando le daba el tercer lance de capa, fue tropezado, enganchado y agitado, con el pitón hundido en el pecho, cerca o en el mismo sitio de la tremenda cornada que sufrió en Morón (Sevilla). Ballesteros murió tras impresionante agonía, a las dos y veinticinco horas del 24 de abril de 1917, en la Fonda de los Leones, sita en la calle del Carmen en Madrid, donde se hospedaba habitualmente. “Recuerdo que estábamos entrenando en la plaza de Madrid, y vimos desembarcar tres sobreros de Benjumea. Uno de ellos se partió un pitón, se lo arreglaron, y con ese mismo pitón mató a Florentino Ballesteros”… De una “Entrevista a Marcial Lalanda”. J.L. Benlloch. 1981. Tras una gran manifestación de duelo en Madrid, despidieron el cuerpo del torero, siendo trasladado a su casa de Zaragoza (El Hospicio) en donde se le recibió para celebrar la misa de Corpo-re in Sepulto, trasladando el féretro al Cementerio de Torrero. Zaragoza lloró la muerte del torero y se echó a la calle para acompañar a su ídolo. El erudito taurino español, don Juan José de Bonifaz Ybarra refiere de este personaje de la fiesta, que << todavía es recordada por tierras aragonesas la rivalidad que mantuvieron los novilleros Florentino Ballesteros Solsona y Jaime Ballesteros (Herrerín) durante los primeros años de la segunda década de nuestro siglo. El hecho de que el primeramente citado tuviera la triste condición de hospiciado desnivela la balanza a su favor en la pública apreciación. Muy poco más de un año permaneció Florentino en el escalafón de los matadores de toros, ya que al alternar en el coso de Madrid, el 23 de abril de 1917, con Manuel Mejías (Bienvenida) y José Gómez (Gallito) en la lidia de un encierro de la divisa de Gamero Cívico, la res que cerró plaza, “Cocinero” de nombre y berrendo en castaño de pelo, le corneó en el pecho al torearle de capa, con la inmediata secuela de su fallecimiento, ocurrido durante la madrugada del siguiente día. Trasladado su cadáver a su natal Zaragoza, se produjo una impresionante y espontánea manifestación de duelo, testimonio del cariño que siempre le dispensaron sus paisanos. " El trágico día del percance de muerte de Florentino Ballesteros, correspondió a Manuel Mejías Rapela "Bienvenida" matar a "Cocinero", un toro muy grande, basto y poderoso. Faena embarullada al hilo de las tablas, donde ocupó de varios pinchazos para tumbar al animal. Ha de subrayarse, que Florentino Ballesteros, escribió con sangre, de principio a fin, su historia en el toreo, basta repasar lo acaecido el día de su alternativa; gesta que nos comparte "don Víctor" en su página virtual "A los Toros", donde apunta, que un 13 de abril de 1916, toma su alternativa en Madrid el zaragozano Florentino Ballesteros, de manos de "Joselito", que le cedió el toro "Campanario", de Santa Coloma, en presencia de Francisco Posada. El toro con mucho nervio entraba descompuesto por lo que Ballesteros, aunque decidido, torea movido y sin confiarse. De muleta empezó con un natural seguido de un admirable pase de pecho, se embarulla y al quite "Joselito". Al iniciar un pase es volteado, se levanta ileso, dos pases más, entra a matar, pincha, se queda en la cara y es cogido otra vez, cae el torero de pie y, sin que le de tiempo a rehacerse, es volteado nuevamente. Pinchazo hondo, que profundizó más a fuerza de capotazos, y descabello al tercer intento. Se fue a la enfermería de donde no volvió a salir. El parte facultativo decía: "Durante la lidia del primer toro ha ingresado en esta enfermería el diestro Florentino Ballesteros con contusiones en distintas partes del cuerpo y una de tercer grado en la cara posterior del muslo izquierdo; lesiones que le impiden continuar la lidia."

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