lunes, 18 de febrero de 2013
HACIENDO HISTORIA.
Juan José Durán Díaz "Pipa"
JUAN JOSÉ DURÁN DÍAZ "PIPA" (1873 - 1920)
El 2 de marzo de 1894 se presenta en Madrid el novillero gaditano Juan José Durán Díaz "Pipa", nieto de "Lavi".- El muchacho (sin mucha gloria, pero sin ninguna pena) cumplió como bueno. Uno de los muchos aprobados, cuyo nombre se pierde luego. Perteneció a la cuadrilla de "Faico" y "Minuto", y luego toreó a las órdenes de éste hasta que se hizo novillero. Toreo en La Habana y México.- G.
Fuente:
ABC de Madrid del 2 de marzo de 1945
Es de asombrarse, como en España, todavía hacia el 2 de marzo de 1945, algunos importantes medios de comunicación, desconocían la oscura tragedia ocurrida a Juan José Durán Díaz "Pipa" en 1920.
Don Rafael Gómez Lozano (Dientefino), cronista propietario de la enciclopedia virtual en la Internet "Toreros Mexicanos", conocedor de la tragedia ocurrida fuera de los ruedos a este valeroso torero gaditano, me escribe amablemente el 22 de junio de 2012 para enviarme dos hojas del libro "Acontecimientos taurinos mexicanos" (páginas 299 y 300) del Lic. Luis Ruiz Quiróz, donde éste eximio cronista taurino cita textualmente en un encabezado: 24 de octubre de 1894, Juan José Durán "Pipa" toma la alternativa en México, para luego, en abundamiento, agregar la siguiente necrología.- Muy movida fue la trayectoria taurina de Juan José Durán "Pipa" quien nació en Cádiz el 6 de agosto de 1873 dentro de una familia taurina, ya que era nieto de Manuel Díaz "Lavi" y hermano del banderillero Antonio Durán y del picador Gaspar Durán. Fue primero banderillero en la cuadrilla de Enrique Vargas Minuto y después tomó muleta y espada para venir a México en 1890 pasando primero por Cuba. En este país toreó novilladas por los estados y tras lo cual regresó a España para debutar en Madrid el 2 de febrero de 1894. Ese mismo año regresó a México donde toreó el 21 de octubre en la inauguración de la plaza de Tacubaya, alternando con el gaditano Antonio Ortega "El Marinero" y Francisco Jiménez "Rebujina" con ganado de Atenco. "Tuvo éxito rotundo en todas las suertes que practicó. Bullidor incansable, se prodigó en desplantes que llegaron a la temeridad, constituyendo lo que entonces nombrábase toreo alegre
Al final de la corrida, en la lidia del sexto toro, sufrió un puntazo, en la mano derecha al intentar quitar una divisa". Casi de inmediato, Ponciano Díaz lo contrató para tomar la alternativa en la Plaza de Bucareli de manos de Joaquín Navarro "Quinito" con toros de Santín. Toreó tres corridas más y regresó a España con el ánimo de tomar la alternativa allá, sin lograrlo. Un año después regresó a México alternando con matadores de categoría como Diego Prieto "Cuatrodedos", José Centeno, y José Navarro "Quinito". Toreó por las principales plazas de la provincia y en la capital. En 1897 regresó a España tomándose un descanso en Cádiz, para después visitar Caracas y regresar a España antes de volver a Veracruz en octubre de 1899. Toreó en la recién inaugurada plaza México en el verano de 1900 y después en provincia y en San Luis Potosí recibió una grave cornada de un toro de Guanamé. Actuó en la plaza Chapultepec de la capital antes de regresar a España; luego fue a Caracas y regresó nuevamente a España, a cortarse la coleta y ya retirado regresó a México donde se dedicó al negocio de carnicerías antes de irse finalmente a Tampico (Tamaulipas). Su fin fue narrado por Roque Solares "Tacubac" (un ilustre médico y cronista potosino cuyo verdadero nombre de pila era Carlos Cuesta Baquero) en "La Lidia" del 12 de mayo de 1944 de la siguiente manera: El 24 de septiembre de 1920 "Pipa" salió de Tampico, en compañía de varios amigos, para asistir a una comida que celebrábase en una hacienda cercana, propiedad de uno de los comensales. Ya al final del banquete, el dueño de la finca fue aprehendido por conspirar contra el gobierno. "Pipa" asustado, supuso que aprehenderían a todos los invitados, declarándoles cómplices y salió de la casa, huyendo para esconderse en un bosque que la rodeaba. Transcurrieron varios días y fue notada la desaparición de "Pipa", que no regresó a su habitación en el puerto de Tampico. Dieron aviso a las autoridades y se iniciaron las pesquisas, con resultados negativos; no fue encontrado "Pipa" ni vivo ni muerto. Transcurrieron algunos meses y entonces unos cazadores hallaron en el citado bosque un cadáver, mejor dicho un esqueleto, pues la carne había sido alimento de los buitres. Por los restos de la ropa y una cartera, en la que había documentos y retratos, se identificó que el cadáver era el de "Pipa", que tanto se había buscado. Así fue el trágico fin de aquel torero que tanto alboroto promovió cuando la corrida inaugural de la plaza de Tacubaya, torero que después fue avanzando artísticamente y que después llegó a cuajar siendo muy aceptable. Valiente con serenidad consciente, basto en el estilo pero sabiendo defenderse de toda clase de toros, conocía la índole de los bureles y los toreaba según sus condiciones. Estaba bien colocado en el redondel y manejaba eficazmente el capote y la muleta. Banderilleaba bien y estoqueaba con seguridad.
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