Plaza de toros de Las Ventas. Décima de San Isidro. Lleno de no hay billetes. Toros de Victorino Martín, de distinta presencia, justos de raza, salvo el tercero, que tuvo más nervio. Alejandro Talavante, que actuó como único espada cosechó el siguiente balance: silencio, silencio, ovación tras aviso, silencio, silencio y pitos.
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