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viernes, 14 de junio de 2013

HACIENDO HISTORIA. BELMONTE GARCIA. (HERMANO DE JUÀN BELMONTE) EL LLAMADO PASMO DE TRIANA.
MANUEL Matador de toros español, nacido en Sevilla en el mes de octubre de 1899, y fallecido en su ciudad natal el 5 de octubre de 1956. Era hermano del genial torero hispalense Juan Belmonte García ("El Pasmo de Triana") y del también matador de reses bravas José Belmonte García. En su saga familiar figuran, además, como lidiadores sus sobrinos Juan Belmonte Campoy (hijo de Juan) y José Belmonte y Fernández(vástago de su otro hermano). Impulsado por los triunfos de su hermano mayor, desde su temprana niñez sintió el deseo de convertirse en una gran figura del toreo, disposición que chocó frontalmente con el parecer contrario de Juan Belmonte, quien, sabedor por experiencia propia de la dureza de esta profesión, tenía el empeño de que nadie más de su familia siguiera los mismos pasos por los que él había transitado. Así pues, el "Pasmo de Triana" obligó a sus hermanos menores a aplicarse en sus estudios primarios, con la intención de que la educación recibida en las aulas lograra borrarles de la cabeza el ansia que tenían por emularle; pero, una vez concluida esta formación elemental, se hizo evidente que la vocación taurina de Manuel no sólo no había desaparecido, sino que se había consolidado con firmeza. Así las cosas, Juan Belmonte no tuvo más remedio que mudar de parecer y empezar a apoyar los primeros compases de la trayectoria de Manuel, quien, desde su asombrosa precocidad, ya se había ido curtiendo en el duro aprendizaje del oficio, acudiendo a tientas, capeas y cuantos festejos menores se celebraban por los alrededores de su domicilio hispalense. Pronto se hizo notar, por aquellos predios, como cabecilla de una de las célebres cuadrillas de niños toreros que tanto predicamento tuvieron en aquella época en el Sur de la Península. Junto al también jovencísimo José Blanco ("Blanquito") -el otro "jefe" de la cuadrilla infantil- triunfó en diversos cosos y, entre las campañas de 1913 y 1916, atrajo sobre su figura la atención de los aficionados cabales, siempre atentos al florecimiento de nuevos valores que puedan garantizar el sostenimiento futuro de la Fiesta Brava. Ya con una notable experiencia a sus espaldas, comenzó a ir por libre en la temporada de 1917, en la que intervino en varias novilladas que contribuyeron a adiestrarle aún más en los pormenores del oficio. En la campaña siguiente consiguió hacer su presentación en la primera plaza del mundo, en la que compareció un 29 de junio de 1918 acompañado en los carteles por los novilleros Antonio Sánchez y Bernardo Muñoz ("Carnicerito"), para enfrentarse con reses procedentes de la vacada de Pérez de la Concha. El toreo exhibido aquella tarde por el joven Manuel Belmonte agradó en extremo a la exigente afición madrileña, circunstancia que propició los preparativos para acceder, por fin, al anhelado grado de doctor en Tauromaquia. Tuvo lugar esta toma de alternativa en el redondel de la capital alicantina, donde, el día 2 de febrero de 1919, el genial "Pasmo de Triana" se vistió de luces para apadrinar a su hermano, al que cedió los trastos con los que había de muletear y estoquear a una res adornada con la divisa de don Gregorio Campos. En tan emotiva ceremonia, hizo las veces de testigo otro torero colosal, el coletudo sestaotarra Diego Mazquiarán Torrontegui ("Fortuna"). No fueron malos los primeros compases de la carrera de Manuel Belmonte como matador de toros, sobre todo durante aquella temporada de 1919. Sin embargo, pronto se echó de ver que la figura gigantesca de su hermano Juan eclipsaba cualquier triunfo de quien, para distinguirse de él con el deseo de afirmar su propia personalidad taurina, pero sin renunciar al influjo y la protección del "Pasmo de Triana", se anunciaba en los carteles bajo el nombre artístico de "Belmontito". Así las cosas, durante los primeros años de la década de los veinte comprobó con desilusión cómo menguaban las ofertas que llegaban al despacho de su apoderado, hasta que en 1925, consciente de su imparable declive, optó por cortarse definitivamente la coleta. Pasó, a partir de entonces, a desempeñar fructíferas actividades empresariales, sin llegar a desvincularse por completo del mundo del toro, al que seguía unido en su condición de administrador de los negocios de su hermano Juan, y de representante de éste en la sociedad que había formado "El Pasmo de Triana" con los empresarios Eduardo Pagés y Joaquín y Guillermo Gómez de Velasco, para gestionar la plaza de Sevilla. Plenamente adaptado a los círculos taurinos profesionales de su ámbito meridional, pronto relegó a un segundo plano esa etapa anterior de su vida en la que había soñado con llegar a convertirse en gran figura del toreo. A pesar de este olvido, el gran historiador y crítico taurino don José María de Cossíodejó escrita esta elogiosa semblanza de Manuel Belmonte: "Fue su toreo valentón, alegre, pinturero, gracioso; ésta es su distintiva en todo: la gracia, el donaire, virtud innata, natural en él. Ecléctico en las dos llamadas escuelas o maneras del toreo, paraba, en las suerte que debía hacerlo, y era movido y vistoso en los adornos, remates y desplantes"

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