miércoles, 6 de junio de 2012
Comentario de Jaime Montoya Escamilla ( TORERO )
El Toro Bravo. Alguna vez de has preguntado ¿Por qué es bravo?, ¿Cómo lo seleccionan?, ¿Cómo lo crían?, ¿Como vive?
Comenzaremos por definir ¿Qué es la bravura? Es la capacidad de lucha del toro hasta la muerte, con la condición de que lo haga con entrega, la bravura del toro consiste en embestir constantemente hasta el final, sin mostrar síntomas de fatiga, cualquier animal salvaje si se le diesen tres puyazos ¿iría a más? ¿Se arrancaría más fuerte? Esa es la cualidad que distingue el toro bravo de las otras especies. Bravura es la capacidad de acometividad con potencia, resistencia y nobleza, ir de menos a más. La bravura incluye la casta, como argumento para ello retomo algunos textos de este tema, que fue tratado en el VIII Congreso Mundial de Criadores de Toros de Lidia celebrado en la Ciudad de Aguascalientes, México: se mencionó en dicho congreso que no se pueden identificar con exactitud ambos términos, porque la palabra bravura conlleva más cosas que la casta. Son caracteres independientes que se heredan de forma independiente. (Casta y bravura) se han confundido porque se les ha querido atribuir el mismo significado, casta es la unión de los caracteres de fortaleza física y fiereza. Casta y bravura en realidad son distintas, pero están muy cerca, son caracteres que ni siquiera se heredan conjuntamente. Derivado de esto debemos llamar casta a la agresividad. Distinguir la raza de la casta. La raza sería la capacidad de luchar hasta la muerte (una de las definiciones de bravura), porque un toro puede ser a la vez bravo y encastado; o manso y encastado, o bravo y noble.
¿Que es un encaste? Es la fijación de un conjunto de caracteres definitorios, que separan una ganadería, o grupo de ellas, de las restantes. Finalmente, constituyen un encaste los rasgos morfológicos y conativos, o conductuales, que les son comunes a una población de ganado de lidia. El encaste está unido a la actitud de pelea en la plaza, que es diferente según el origen. Sobre todo hay dos cosas que distinguen los encastes: el comportamiento con el caballo y en las banderillas.
Orígenes del toro de lidia: también es denominado toro bravo, procede de las razas autóctonas de la península ibérica, conocidas como “tronco ibérico”, que desde tiempo inmemorial propiciaron las formas más primitivas de tauromaquia, algunos especialistas consideran que es el descendiente más directo del uro, el antepasado de todas las razas bovinas actuales, ya que, además de su rusticidad y su vida salvaje, comparte con él numerosas características fenotípicas.
Se caracteriza por unos instintos atávicos de defensa y temperamentales, que se sintetizan en la llamada "bravura", así como atributos físicos tales como unos cuernos grandes hacia delante y un potente aparato locomotor, superiores a los de otros especímenes de bovinos. En tiempos de los Reyes Católicos se empezaron a conocer, así que los primeros indicios de selección del toro bravo apuntan a los siglos XV y XVI en la provincia de Valladolid, donde la proximidad a la Corte, aún itinerante en esta época, hizo que se criara en amplios terrenos una vacada que pudo sentar las bases del toro de lidia actual, el nombre de esta pretendida ganadería primigenia fue Raso de Portillo, y fue conocida hasta finales del siglo XIX.
Existe la creencia de que estos toros fueron los primeros empleados en festejos reales, paralelamente comenzaron a desarrollarse ganaderías en otros lugares de España; Andalucía se puso a la cabeza en la cría de toros, si bien también tuvieron su importancia los que se criaron a orillas del Jarama, los llamados Jijones de Villarrubia de los Ojos, los navarros y los aragoneses, fue hasta la segunda mitad del siglo XVII cuando las vacadas de toros bravos empezaron a organizarse, aunque todavía sin fines claramente comerciales; para ello tuvo que pasar un siglo más para que el espectáculo taurino cobrara auge y aparecieran las ganaderías orientadas claramente a los espectáculos taurinos ya con fines comerciales.
Así pues, el toro actual debe considerarse como resultado del trabajo de selección efectuado desde principios del siglo XVIII mediante la prueba de la tienta a fin de elegir para su reproducción ejemplares en los que concurrieran determinadas características, aquellas que permitieran el ejercicio de la lidia; es decir, la sucesión de suertes que se ejecutan en las corridas de toros desde que el toro sale al ruedo hasta que, una vez que el diestro le ha dado muerte, es arrastrado por las mulillas.
Estas características han variado tanto a lo largo de los siglos como el toreo mismo, manteniéndose como sostén del mismo un único denominador común: la bravura del toro. (Este tema continuará con los encastes)
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