miércoles, 27 de junio de 2012
A pesar de que la primera corrida de toros en la Plaza de "Las Ventas del Espíritu Santo" tuvo lugar el 17 de Junio de 1931, cuando el entonces alcalde de Madrid, Don Pedro Rico organizó un festejo con el fin de recaudar fondos destinados a paliar las dificultades de los pobres de la capital, la inauguración oficial de la Monumental madrileña sucede el 21 de Octubre de 1934, con una corrida de toros en la que intervienen las principales figuras de aquel entonces, Juan Belmonte, Marcial Lalanda y Cagancho, ante toros de Carmen de Federico.
Juan Belmonte, "El pasmo de Triana", cortó
el primer rabo de la Plaza de Las Ventas.
Tres festejos componen esta, digamos, primera temporada en Las Ventas: dos corridas de toros y una novillada, para inmediatamente, en 1935, conformar la primera auténtica temporada, compuesta por 47 festejos: 23 corridas de toros y 24 novilladas.
Es de destacar, que en el segundo de estos festejos se produce ya el primer herido registrado en el coso, concretamente el novillero Félix Almagro, quien, por desgracia, una vez reanudada la Fiesta Taurina en nuestro país tras la Guerra Civil, caería mortalmente herido en la plaza, siendo también el primer muerto en la arena de Las Ventas.
Esta temporada es también importante, porque con ella se clausura en la monumental madrileña La Edad de Oro de la Tauromaquia. Juan Belmonte, "el Pasmo de Triana", se viste por ultima vez de torero en Madrid el 22 de Septiembre, volviendo a dejar constancia de su innegable arte, al cortar orejas y el rabo a un toro de Coquilla.
Una semana más tarde se despedía del toreo, aunque reaparecería años más tarde.
La guerra Civil convirtió el coso en una inmensa huerta durante 34 meses.
La actividad taurina en la Plaza de Las Ventas queda momentáneamente suspendida tras una novillada celebrada el 22 de julio de 1936. El Alzamiento nacional y la consecuente Guerra civil española convierten el coso en una inmensa huerta durante 34 meses. Acabada la contienda los toros vuelven a la Monumental de la calle de Alcalá, el 24 de mayo de 1939, con una corrida en la que intervienen Marcial Lalanda, Vicente Barrera, El Estudiante, Pepe Amorós, Domingo Ortega, Pepe Bienvenida y A. Cañero.
Marcial lalanda confirmó la
alternativa a "Manolete",
el 12 de octubre de 1939
El inicio de la nueva década (año 1940) se caracteriza por celebrarse más novilladas que corridas de toros, debido, principalmente a la delicada situación en que había quedado la cabaña brava española como consecuencia de la contienda civil referida.
A lo largo de los años sucesivos se producen una serie de hechos que van a marcar definitoriamente la vida de la Plaza. Así por ejemplo, se produce el relevo de las generaciones toreras marcadas por Marcial Lalanda que se despide del toreo y Pepe Luis Vázquez, que llega por la línea purísima del arte.
También es el momento de Manuel Rodríguez "Manolete" que, antes de decirnos adiós, escribe paginas ilustres de nuestra tauromaquia desde la arena del coso venteño, como la faena realizada el 6 de julio de 1944 a un sobrero de la ganadería portuguesa de Pinto Barreiros, por nombre "Ratón". Era la Corrida de la Prensa y la primera faena que "el Califa" brindaba al público de Madrid , y supuso, ni más ni menos, que la síntesis de la magna aportación del torero de Córdoba al arte de Cúchares.
Pero quizás, el hecho más relevante para la propia vida de la Plaza tiene lugar en 1947, cuando Don Livino Stuyck crea la Feria de San Isidro, que supondrá el espaldarazo definitivo a la Monumental de Las Ventas, para el logro del prestigio que actualmente posee y por el que es reconocida como la plaza de toros más importante del mundo.
La Década Prodigiosa
La década de los años 50 ha sido denominada por la mayor parte de los entendidos como la "Década Prodigiosa", toda vez que durante esta época tienen lugar en la Plaza de Las Ventas las más importantes faenas de los grandes monstruos de nuestra tauromaquia. Léase Julio Aparicio, Rafael Ortega, Miguel Báez "Litri" o César Girón, por citar algunos ejemplos. Antonio Ordóñez, que tomaba la alternativa en este período, destacaría sobremanera años más tarde.
Los años sesenta van a estar marcados, sobre todo, por ser la década de la recuperación de los públicos. Son los años en que los tendidos de Las Ventas se van a llenar como nunca. Pero también es la década del toro y de los toreros. Las ganaderías sufren una "transformación" y las reses embisten como tienen que hacerlo. Matadores, también hay muchos en cantidad y calidad. Son los años del referido Antonio Ordóñez, Cesar Girón (nuevamente), Gregorio Sánchez, Antoñete, Diego Puerta, "El Viti", Curro Romero, "El Cordobés" y dos, que también tendrán mucho que decir en la década siguiente: Paco Camino y Francisco Rivera "Paquirri".
Los años setenta constituyen una década polémica en lo que se refiere a la propia idiosincrasia de la Monumental madrileña, que sería muy largo de narrar. Polémica y decisiva, en la que Las Ventas aseguró su continuidad como primera plaza del mundo. Con el denominador común para taurinos, toreros y ganaderos del temor y del respeto. Y quizás del desprecio y del despecho a causa de algunos públicos. Pero siempre, "la Catedral".
En el capitulo personal, aparte de los ya nombrados Paco Camino y " Paquirri", hay que destacar otros nombres como Palomo Linares, Niño de la Capea, José María Manzanares o el "Jabato" Ruiz Miguel.
Jóvenes que dan continuidad
La década de los años ochenta supone, a grandes rasgos, por una parte, el resurgir de algunos toreros que aún sienten el poder decir algo al público de Madrid, como es el caso de Antonio Chenel "Antoñete" que quiso despedirse "de verdad" de su plaza con la cara alta y el deber cumplido, Curro Romero, con dos importantes faenas (años 1981 y 1985), Pedro Moya " el Niño de la Capea", o el mismo Ortega Cano en la Feria de San Isidro de 1985.
Antoñete firmó faenas
memorables desde los sesenta
hasta la década de los 90
Por otra, la irrupción triunfal de toreros como Julio Robles, Paco Ojeda o el malogrado José Cubero "Yiyo" que dejaron abonado el terreno para lo que es la nota definitoria de los años actuales en los que el publico de Las Ventas gusta tanto del sabor añejo como de la savia nueva que aportan los jóvenes valores.
No podemos olvidar al hacer este repaso de los años ochenta la posición privilegiada que logra un ganadero por el juego ofrecido por sus toros en el coso venteño, precisamente cuando las criticas más duras en esos momentos se las lleva este sector de nuestra Fiesta. Nos referimos a Victorino Martín, quien al margen de ser el único ganadero que ha visto indultado un toro suyo en la Plaza de Las Ventas, ofreció al publico de ésta lo que se ha dado en denominar por muchos "la corrida del siglo" y que tuvo lugar el 1 de junio de 1982.
Finalmente, llegamos a la actualidad; a esta década de los noventa, que sin duda alguna, ha estado marcada por el equilibrio entre lo veterano y la juventud, como ya ha quedado demostrado.
Una entremezcla entre figuras ya consagrados y otras que, día a día, van consolidándose. Da lo mismo quien figure un día primero, porque de lo que estamos seguros es que el orden de los "factores" no alterará el "producto", que no es otro que la supervivencia en su máximo esplendor de la Fiesta Taurina en la Plaza Monumental de Las Ventas.
A lo largo de estas sesenta temporadas taurinas que estamos analizando -a excepción hecha claro esta de las dos "ocupadas" por la Guerra Civil española- que conforman la "oficialidad" de la vida de la Plaza de Las Ventas han sido muchos los toreros que han demostrado su oficio y su arte en el ruedo del coso venteño.
Más de 500 matadores componen ese número; diestros que han ido escribiendo sobre el albero de la plaza de la calle de Alcalá, con letras de todos los colores, la gloriosa historia de la Monumental de Madrid.
Sin embargo, han sido muchos menos los elegidos para alcanzar la gloria en este ruedo. Algo más de un centenar son los que en una o más ocasiones han logrado tras su labor traspasar el umbral de la Puerta Grande y recorrer a hombros de los aficionados, como es tradicional desde la inauguración de esta Plaza, algunos tramos de la calle de Alcalá arriba.
Algo más de un centenar de toreros han logrado salir a hombros de Las Ventas
Andrés Vázquez destacó
con las corridas "duras".
En las Siguientes páginas aparecen una serie de cuadros resumen de éstos elegidos y de las ocasiones en que lograron abrir la Puerta de Madrid, acompañados de unas breves líneas que hemos creído oportunas para resaltar algunos detalles que conforman la grandeza de las actuaciones de estos toreros.
Como puede comprobarse en el cuadro resumen, el torero que más veces ha salido por la Puerta Grande de Las Ventas es el salmantino de Vitigudino, santiago Martín "El Viti". Concretamente, 14 veces. Se da la circunstancia de que en 13 ocasiones el gran triunfo lo obtuvo durante la Feria de San Isidro, y la restante ocasión hasta completar esta mágica cifra ocurrió en el colofón ferial como es la Corrida de la Beneficencia.
Le sigue en número Paco Camino, el "Maestro de Camas", con 12, siendo el espada que mayor de número de orejas ha cortado en una sola tarde (8), y Antonio Bienvenida, con 11 salidas a hombros, torero que ostenta el record absoluto de actuaciones en la Plaza de Las Ventas (96).
A continuación encontramos dos toreros que se han significado por enfrentarse con corridas de las denominadas duras y a las que han logrado sacarles el máximo partido. Nos referimos a Andrés Vázquez, "el brujo de Villalpando" y a Francisco Ruiz Miguel, con 10 salidas a hombros cada uno.
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