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sábado, 30 de junio de 2012

Refieren en la página web de la Real Maestranza de Caballería de Ronda, que 1784 fue un año clave en la historia de la plaza de toros, en la que se venían celebrando festejos con las obras sin concluir. Los de aquel año, en los que iban a intervenir Pedro Romero y Pepe Illo, siendo Teniente de Hermano Mayor de la Maestranza, don José Moctezuma. En la tarde del 11 de mayo de 1784, fecha del primer festejo de la feria, en la función de gala del Cuerpo de la Real Maestranza, organizada como conmemoración del cumpleaños del Infante don Gabriel, sobre las tres y media de la tarde, y cuando comenzaba ésta, en una parte acotada de la plaza, al estar aún sin terminar, pero que había sido ocupada por el público, un soldado de las milicias provinciales, llamado Isidoro Espinosa, movió una columna y produjo el hundimiento parcial del coso y, presumiblemente, la porción sostenida por 16 arcos se vino abajo. "Un grito general fue apagado por el espantoso estruendo que causó el derrumbo de una gran parte de la plaza. Los diez y seis balcones principales de ella fue lo primero que se hundió, a cuyo golpe toda la concurrencia huyó despavorida, unos para auxiliarse y otros miedosos de la muerte. Todo fue confusión, lamento y dolorosos ayes. Todos temían permanecer allí y agolpados a las puertas querían salir, al mismo tiempo que otros pugnaban por entrar. Acudieron los sacerdotes con el Santo Óleo y el Viático, las campanas tañían la agonía y diez mil brazos se ocupaban de sacar de entre el escombro, quien al padre, al hermano o pariente, y quien al querido amigo que hallaba mutilado o muerto", según relato basado en un testigo presencial. El presunto causante del derrumbe perdió la vida, junto a otras diez personas. El desgraciado incidente trajo consecuencias. Durante algún tiempo se prohibió expresamente la celebración de corridas y se suspendió el permiso para terminar la plaza, hasta que después de innumerables gestiones se consigue que se levante esta segunda prohibición en enero de 1785. La reconstrucción se hace dirigida por el mismo maestro de obras, Francisco de Almagro, con Juan de Lamas como maestro cantero y un maestro albañil que se llamaba Antonio Ordóñez. El día 26 de abril de ese año la Real Maestranza escribe al Rey dando cuenta de la terminación de las obras.

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