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lunes, 23 de julio de 2012

Antonio Rojas
Matador de toros español, nacido en Albacete el 9 de enero de 1946. Se anunció en los carteles con el nombre artístico de "Antonio Rojas", en el que suprimió su primer apellido. Impulsado desde su juventud por la ilusión de convertirse en matador de toros, se lanzó a curtirse en los rigores y asperezas del oficio frecuentando numerosas tientas y capeas que se celebraban por las provincias de Albacete y Jaén, hasta que consiguió estrenar su primer terno de alamares en la temporada de 1965, con diecinueve años de edad, en un festejo para noveles verificado en las arenas de su ciudad natal. Pero, en su condición de novillero modesto -y excluido, por ende, de los circuitos taurinos profesionales-, no recibió los apoyos necesarios para el lanzamiento definitivo de su incipiente trayectoria, por lo que no logró tomar parte en un festejo asistido por el concurso de los varilargueros hasta el mes de abril de 1968, cuando, ya cumplidos los veintidós años de edad, se vistió de luces en la pequeña localidad albaceteña de Casa Ibáñez. Estas dificultades iniciales, añadidas a los sinsabores intrínsecos de la andadura novilleril, retrasaron la comparecencia en Madrid del pese a todo animoso Antonio Rojas hasta el día 29 de junio de 1970, fecha en la que, a una edad ya ciertamente avanzada para un aspirante a matador de toros, hizo el paseíllo a través del redondel de la plaza Monumental de Las Ventas para enfrentarse con reses procedentes de la vacada de Villagodio, en compañía de los jóvenes novilleros Joaquín García ("Cazalla") y José Nicasio Bartolomé ("Colmenar"). Ya había probado, por aquel entonces, otros penosos gajes del oficio que, en 1969, inauguraron la dilatada relación de cornadas que habría de sufrir a lo largo de su breve trayectoria profesional. También resultó herido de gravedad aquel año de 1970, lo que no fue óbice para que el día 11 de septiembre de dicha temporada compareciera, tan motivado como ilusionado, en el coso de su Albacete natal, dispuesto a recibir la alternativa que había de otorgarle su padrino, el genial coletudo salmantino Santiago Martín Sánchez ("El Viti"); el cual, bajo la atenta mirada del valeroso espada madrileño Ángel Teruel Peñalver, que hacía las veces de testigo en tan emotiva ceremonia, puso en manos del toricantano la muleta y el estoque con los que había de trastear y despenar a un toro bravo criado en las dehesas de don Manuel Arranz. Siempre condenado a la falta de oportunidades que ensombrece las aspiraciones de un torero modesto, "Antonio Rojas" no pudo confirmar en Madrid -como es de rigor- la validez de su doctorado taurino hasta cinco años después de haber tomado la alternativa. Este retraso se debió, en primer lugar, a dicha escasez de ofertas, y en segunda instancia a la mala estrella que tenía ante la cara de los toros, que le impidió confirmar la alternativa un año antes. En efecto, el día 7 de abril de 1974 estaba prevista la celebración de esta ceremonia en las arenas de Las Ventas, con el diestro barcelonés Joaquín Bernadó y Bartomeu como padrino de confirmación, y el coletudo toledano Raúl Sánchez Herrero en calidad de testigo; pero el primer toro de la tarde, marcado con el hierro de Luciano Cobaleda, corneó sañudamente en el muslo a Antonio Rojas durante los primeros lances de recibo, con tan mala fortuna que estuvo a punto de acabar con su vida, ya que le seccionó la vena safena. Intervenido de urgencia en el quirófano del coliseo madrileño, el desventurado espada de Albacete se vio privado de recibir los trastos que había de entregarle aquella aciaga tarde el citado Joaquín Bernadó. Entre el año de su alternativa (1970) y el de su confirmación -celebrada finalmente el día 5 de julio de 1975, con Arcadio Fuentes Moya ("Curro Fuentes") de padrino y Carlos Escolar Martín ("Frascuelo") de testigo-, Antonio Rojas se mantuvo a duras penas en los puestos intermedios del escalafón, con treinta corridas toreadas en 1971, veintinueve en 1972, diecisiete en 1973 y dieciocho en 1974. Torero de afición inquebrantable, siguió perseverando en su empeño de hacerse con un nombre de prestigio entre los matadores cimeros del toreo contemporáneo, ilusión que vio desvanecerse definitivamente el día 16 de septiembre de 1983 en la plaza de su ciudad natal, cuando un toro adornado con la divisa de don Daniel Ruiz Yagüe le asestó una tremenda cornada en la ingle derecha, de resultas de lo cual vino a quedar apartado del ejercicio activo del toreo. Aquella triste tarde de su inesperada despedida de los ruedos, Antonio Rojas compartió cartel con los espadas ecijanos José Antonio Rodríguez Pérez ("José Antonio Campuzano") y José Luis Vargas Álvarez ("Pepe Luis Vargas"). Fuente Cosio.

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