miércoles, 29 de mayo de 2013
HACIENDO HISTORIA.
Roberto Domínguez, matador de toros vallisoletano y en la actualidad apoderado de Julián López “El Juli”, fue una gran figura durante la década de los 80 y principios de los 90. Siempre se caracterizó por decir las cosas alto, de frente y de manera muy clara, virtud o defecto que en algunas ocasiones se le fue de las manos.
Roberto estaba anunciado en la Feria de San Mateo de Logroño, como es habitual, y tras vestirse de luces en un céntrico hotel de la ciudad, se subió en la furgoneta acompañado de su cuadrilla y emprendieron camino hacia la antigua plaza. Las calles estaban abarrotadas de personas que disfrutaban de las fiestas de la ciudad, lo que hacía que la furgoneta tuviera que ir más despacio de lo previsto, viendo la situación y que se aproximaba la hora del festejo el chófer decidió tomar una ruta alternativa, desconociendo que horas antes se había dado orden a la policía local de que por ese trayecto no pasara ningún vehículo que fuera hacia el coso.
Según avanzaban hacia la plaza vieron como un agente municipal les dio el alto, obligándolos a parar, y de manera rotunda, y un tanto chulesca, les preguntó: ¿Me pueden decir dónde van ustedes? A pesar de que tanto el chófer como los miembros de la cuadrilla se esforzaron por explicarle la situación el agente se resistía a abrirles el paso. Los trajes de luces, las monteras, el esportón y el fundón no eran suficientes pruebas para el agente, que de manera tajante les negaba el acceso. El diestro vallisoletano, enfadado y cansado por tan absurda situación, además de la tensión propia por llegar a la plaza, se dirigió al agente de la siguiente manera: ¿Qué dónde vamos? Ya nos ve. Al teatro, cabrón, al teatro.
Imformó para Sabiendo de toros: Jaime Montoya, Mexico.
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