domingo, 27 de enero de 2013
DIEGO MAZQUIARÁN TORRONTEGUI "FORTUNA " (1895 - 1940)
Matador español que nació en Sestao el 20 de febrero de 1895 y que falleció en la desgracia y loco, en el Hospital Larco Herrera, en Lima Perú el 29 de abril de 1940. Sus padres, navarros de Olazagutiía, eran labradores acomodados. Fue aprendiz de fundidor en Altos Hornos y luego se fue a Sevilla donde trabajó repartiendo pan y entre sus clientes estaban "Los Gallos". Debutó como novillero el 22 de septiembre de 1912 en Indauchu, Bilbao. Al pretender tomar un tren en marcha con otro compañero de capeas, fueron despedidos a otra vía, en el momento que pasaba otro tren, que destrozó a su amigo y a el lo dejo indemne, de ahí su apodo “Fortuna”.Tomó la alternativa el 17 de septiembre de 1916 en Madrid de manos de Rafael Gómez "El Gallo" y Alfonso Cela Villeíto "Celita", con toros de Benjumea.El 6 de enero de 1924 el vizcaíno Diego Mazquiarán "Fortuna" debuta en El Toreo de la Condesa de la Ciudad de México matando astados de la dehesa de Piedras Negras junto con el zaragozano Juan Anlló "Nacional II" y el toledano Mariano Montes. El 23 de enero de 1928, mientras caminaba por Madrid, se encontró con que un toro se había escapado del rastro. Se enfrentó a él con un improvisado sable que le llevaron del casino militar y su abrigo, y consiguió matarlo. Por este hecho le concedieron la Cruz de Beneficencia. El 17 de junio de 1931 el notable torero vasco tuvo el privilegio de torear en la inauguración de la plaza de Toros de Las Ventas. La rejoneadora y torera chilena Conchita Cintrón, recibió las primeras clases de toreo a pie a manos del torero español Diego Mazquiarán. Al final de su vida, sus condiciones mentales estaban enajenadas, muy seguramente a consecuencia de lesiones en la cabeza mal atendidas, por lo que fue ingresado en un manicomio de caridad, donde murió. Refieren quienes le vieron torear que era un experto en la estocada a volapié. (Fuente: Crónica de don Juan José Zaldívar Ortega)
Refieren en la página en la Internet "Txantxa Zelai" apartado de Toreros Vascos, que "FORTUNA" (Diego Mazquiarán Torróntegui): Nació en Sestao (Vizcaya) el 20-2-1895. Alternativa en Madrid el 17-9-1916 por Rafael Gómez "El Gallo" y Alfonso Cela "Celita". Le concedieron la Cruz de Beneficiencia. Se retiró en 1934. Sus sobrinos Juan "Fortuna Chico" y el hermano de éste "Raimundo" fueron subalternos. Sus padres, labradores acomodados eran navarros de Olazagutía y se trasladaron a Bilbao.
Diego Mazquiarán Torrontegui (1895-1940) fue un matador de toros español, nacido en Sestao (Vizcaya) el 20 de febrero de 1895, y muerto en Lima (Perú) en 1940. En el planeta de los toros es conocido por el sobrenombre de "Fortuna". El 2 de agosto de 1914 pisó por vez primera las arenas de la plaza de Madrid, en la volvería a comparecer dos años más tarde, dispuesto a tomar la alternativa. Era, en efecto, el 17 de septiembre de 1916 cuando se presentó apadrinado por el espada madrileño Rafael Gómez Ortega ("El Gallo"), quien, en presencia del coletudo lucense Alfonso Cela Villeito ("Celita"), que hacía las veces de testigo, le cedió los trastos con los que había de dar lidia y muerte a estoque al astado Podenquero, perteneciente a la ganadería de Benjumea. En el transcurso de aquella temporada de 1916, "Fortuna" intervino en nueve corridas. En la temporada de 1917 sufrió una grave cogida en la plaza de toros de Huelva, de resultas de lo cual hubo de guardar una larga convalecencia que le forzó a incumplir nueve contratos ya firmados; pese a este percance -y a otras diversas causas que le hicieron perder otros seis ajustes-, acabó la temporada habiendo toreado treinta y cinco corridas, sin contar las que a continuación lidió en las arenas ultramarinas de Lima (Perú). De regreso a España, en la campaña de 1918 hizo cincuenta y un paseíllos, treinta y seis en la de 1919 y treinta y uno en la de 1920. En 1921, a pesar de que un astado perteneciente a la vacada de Concha y Sierra le infligió en Madrid una cornada que hizo temer por su vida, "Fortuna" despachó veinticuatro lotes en plazas españolas y otros seis en varios cosos venezolanos. Tal vez su campaña más exitosa sea la de 1922, año en que lidió en España treinta y cinco corridas. Sin embargo, a partir de esta fecha su carrera taurina comenzó a declinar, y Diego Mazquiarán Torrontegui fue perdiendo presencia en los carteles más destacados de las diversas ferias españolas, hasta que volvió a estar en boca de todos los aficionados en 1928. Fue entonces cuando, haciendo honor a su remoquete taurino, la diosa Fortuna quiso sonreír de nuevo al valiente espada sestaotarra, deparándole un azaroso encuentro, en pleno centro de la capital de España, con un toro bravo. Acaeció, en efecto, que, habiéndose escapado una res que sembraba el pánico en la Gran Vía madrileña, acertó a pasar por allí el animoso y esforzado "Fortuna", quien requirió el presto auxilio de un estoque y despenó a la fiera sobre el mismo pavimento de la Villa y Corte. Este generoso acto de heroísmo le valió ser condecorado con la Cruz de la Beneficencia, galardón que le impuso el día 11 de octubre de aquel año el matador turolense Nicanor Villalta y Serris, en el transcurso de la corrida de la prensa celebrada en Madrid. Aquella tarde, Diego Mazquiarán y Nicanor Villalta compartieron cartel con el espada madrileño Victoriano Roger Serrano (Valencia II") y con el diestro azteca "Tato de México", en una corrida en la que se jugaron ocho toros, cuatro pertenecientes a la vacada del duque de Veragua, y otros cuatro marcados con el hierro de Aleas. Tras poner fin a dicha temporada de 1928 habiendo lidiado trece corridas, "Fortuna" remató la de 1929 con catorce festejos en su haber, y marchó de nuevo a tierras Hispanoamericanas. Los triunfos cosechados en diversas plazas de los países hermanos no le dejaron reanudar su carrera taurina en España hasta la temporada de 1931, en la que hizo el paseíllo en diez ocasiones. En la de 1932 sólo se enfundó el traje de luces cuatro veces, y dos y una -respectivamente- en las campañas de 1933 y 1934. Comoquiera que durante la temporada de 1935 había vuelto a torear exclusivamente en suelo americano, el estallido de la Guerra Civil le animó a instalarse definitivamente en Lima (Perú), en donde continuó practicando el ejercicio activo del toreo hasta que, presa de una enajenación mental permanente, vino a perder la cordura y hubo de ser internado en un manicomio, en el que halló la muerte en 1940.
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