lunes, 11 de junio de 2012
El arte del rejoneo. Parte 3.-
La realización eficaz del último tercio o tercio de muerte, es fundamental a la hora de conseguir trofeos; porque la principal virtud del caballo de matar es la valentía, ya que debe ir despacio y derecho al toro y debe ser capaz de llegarle muy cerca para lograr una reunión ajustada; además, debe tener un galope suave, que permita al jinete no moverse de la montura para clavar con mayor precisión la llamada hoja de peral o rejón de muerte.
La sudamericana Conchita Cintrón (Concepción Cintrón Verrill), ha sido una de las pocas mujeres que ha logrado escribir su nombre con letras de oro en la historia del toreo. Nace en la ciudad chilena de Antofagasta, el 9 de agosto de 1922 y fallece en su casa de Lisboa, Portugal el 17 de febrero de 2009, a la edad de 86 años, comienza a interesarse por el mundo del toro y de los caballos cuando todavía era una niña. La plaza de toros de Acho, en Lima, fue testigo de su primera actuación en público como rejoneadora el 31 de julio de 1936, con motivo de un festival benéfico; y se paseó triunfalmente por los ruedos de todo el mundo hasta 1950, año de su retirada.
La que fuera conocida en México como “La diosa rubia del toreo”, destacó por su excepcional conocimiento de la lidia y su dominio de las cabalgaduras; también fue la única mujer, que toreó a pie en España durante la prohibición de las mujeres toreras que impuso el régimen de Franco. El objetivo era evitar que una mujer pudiese quedar desnuda a causa de un percance, pero el privilegio de poder echar pie a tierra para estoquear al toro del que gozaban los rejoneadores, hizo que le permitieron torear a pie y siempre lo hizo con el traje campero.
En España han dejado huella a su paso por los ruedos: Manuel Vidrié Gómez, los andaluces Joaquín Pareja - Obregón, Álvaro Domecq Díez, Álvaro Montes y el portugués João Moura. En los años setentas el cuarteto de jinetes denominado “Los 4 Jinetes del Apoteosis”, estaba formado por los españoles: Ángel y Rafael Peralta Pineda, Álvaro Domecq Romero (digno sucesor de su padre) y el portugués José Samuel Lupi, la importancia que llegaron a tener, no sólo fue motivada por sus espectaculares triunfos; sino porque cada uno aportó algo a la fiesta, Ángel Peralta institucionaliza el rejoneo por parejas formando collera con su hermano Rafael; Álvaro Domecq Romero, aporta al rejoneo una fuerza, una emoción y un temple torero que antes no se había visto y el lusitano José Samuel Lupi, espectaculares quiebros en la realización de las suertes, causando con esto un gran impacto en el público que los veía. El espectáculo brindado por estos cuatro jinetes, hace propicia la celebración de las corridas completas de rejones y da origen a este nuevo tipo de festejo en el que participan cuatro caballeros, que actúan primero por orden de antigüedad y en los dos últimos toros por parejas llamadas colleras.
Podemos aseverar, que nunca se había obligado tanto a los caballos a torear en terrenos tan comprometidos, como lo están consiguiendo los rejoneadores actuales, de los cuales me permito citar a algunos de ellos, João Moura, Javier Buendía, Don Fermín Bohórquez, el matador de toros y rejoneador Paco Ojeda, Martín Burgos, Javier Buendía, José Miguel Callejón, Andy Cartagena, Fermín Bohórquez Domecq, el portugués Rui Fernandes, Antonio y Luis Domecq, Alvaro Montes, Sergio Galán, Diego Ventura y Leonardo Hernández entre otros. Mención aparte merece Pablo Hermoso de Mendoza, porque es un jinete muy distinto.
Hablando de Portugal no pueden pasar desapercibidos los nombre de: el Marqués de Marialva, Victorino Froes, Antonio Luis Lopes, Rui Da Cámara, Antonio Branco Nuncio, David Rivero Téllez, Manuel Veiga, Fernando Salgueiro, José Rosa Rodríguez, Fernando Sommer D’Andrade, Duarte e Almeida, Joao Cabral, José Mestre Batista, Francisco Mascarenhas, Francisco Murteira, Correia, Francisco Sepúlveda, José Barahona Nuncio, Simao Da Veiga y en la actualidad Joao Moura hijo.
México, tuvo en Ignacio Gadea torero charro potosino al inventor del par de banderillas a dos manos, pero Ponciano Díaz (nacido en la ganadería de Atenco) fue el primer matador de toros con alternativa y primer rejoneador mexicano reconocido en México y en España, le siguieron Andrés Becerril y Paco Aparicio, después Hugo Olvera Villafaña con el nombre artístico de Juan Cañedo, Carlos Arruza Padre, a un espectacular caballista que anteriormente había sido matador de toros y que mostró como jinete, un toreo de gran magnitud al meter a sus caballos por terrenos inimaginables; años después, Humberto Combe, Mauricio Locken, Roberto Arreola, los neoleoneses Felipe y Evaristo Zambrano; Jorge Hernández Espinoza; en los setentas Gastón Santos, fue el primer caballista mexicano en recibir la alternativa como Caballero en Plaza en la Plaza de Toros de Campo Pequeño, Portugal y fue un torero al que siempre se le vio con gusto; Don Pedro Louceiro (portugués de nacimiento y radicado en México); Carlos Arruza Jr.; quién hiciera concebir grandes esperanzas por sus múltiples cualidades y valor, lamentablemente diversos accidentes dentro y fuera de los ruedos terminaron por retirarlo del medio.
Otros hombres de a caballo importantes en nuestro país han sido el Dr. Carlos Escalante, Pedro Louceiro II y Pedro Louceiro III (hijo y nieto de Don Pedro); también han destacado en el arte de Marialva Enrique Fraga (que antes fuera Matador de Toros), Luis Arenas, Gerardo Trueba, Jorge Hernández Andrés, su hermano José Antonio Hernández Andrés, Luis Covalles, José Maria Fuentes, Antonino López y Eduardo Funtanet (Q.E.P.D.); quienes recorrieron el país, llevando su arte a todas las plazas de toros mexicanas. Se agregan a la lista de caballistas destacados en nuestro país Ramón Serrano, Raúl Arredondo, Rodrigo Santos (sobrino del rejoneador potosino), Eduardo Cuevas, Octavio Sánchez (quién tomó también la alternativa en Portugal), Giovani Aloi y jóvenes prospectos como Jorge Hernández Gárate, Horacio Casas y el yucateco Fernández Madera, Diego López y Antonio Ortega, que han ido mostrando sus cualidades taurinas poco a poco, para triunfar en el Arte de Marialva.
Nadie puede negar que estos años que vivimos, suponen una nueva explosión del arte del toreo a caballo; ya que son muchas las circunstancias que han determinado el éxito de este tipo de festejos. La fuerte competencia entre los rejoneadores y las innegables dotes de muchos de ellos, han redundado en beneficio de un arte que tiene un público específico y fiel que llena las plazas donde se presentan. Si vemos, la enorme evolución experimentada en este tipo de lidia que aunada a la técnica, la plasticidad y el temple que rodea la ejecución de cada una de las suertes, así como la belleza y perfección en la doma de las cabalgaduras; hace que los jinetes determinen el esplendor de este espectáculo hoy en día, a grado tal, que también en el llamado sexo débil encontramos exponentes del arte de Marialva, ya mencionamos a Conchita Cintrón, pero no hay que olvidar a la norteamericana Edith Evans, a la mexicana Karla Sánchez y actualmente a Ana Batista, Isabel Ramos, Joanna Andrade, Isabel Ramos, Ana Rita, Mónica Serrano, Noelia Mota, la portuguesa Ana Matías entre otras.
Definitivamente la espectacularidad de las suertes, va “de la mano” con un posible percance de graves consecuencias, del trabajo cotidiano (monta constante, toreo de salón y en el campo), que es un esfuerzo de muchas horas que exige constancia, disciplina, práctica, conocimientos, acoplamiento y muchos requisitos más que cumplir por parte de los protagonistas; depende su principal objetivo: que disfrutemos de este bello espectáculo en las plazas de toros.
Fuente :Jaime Montoya .TORERO.
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