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lunes, 11 de junio de 2012

n: 11 Por lo general a las 12 hrs. del día de la corrida, los toros son sorteados por los representantes de los toreros y una vez terminado dicho evento, se entorilan o encajonan en forma individual los animales que conforman el encierro y que serán lidiados más tarde. Juan Carlos Illera Veterinario y catedrático de fisiología animal, afirma que durante la lidia el toro ante el dolor, libera unas hormonas llamadas las betaendorfinas, que contrarrestan esa sensación y lo hace ser casi nulo. Los estudios se realizaron midiendo el nivel de estas hormonas, en periodos de reposo y durante los momentos de máxima tensión: el transporte, la salida al ruedo, la lucha en el caballo, el momento en que se le clavan los arpones de las banderillas y la faena de muleta, para finalizar con el momento de la estocada. El sorprendente resultado de este estudio arrojó datos de carácter científico y objetivo, que corroboran que el animal sufre menos estrés y dolor en una corrida de toros tradicional, que en una de rejones; y en ambas modalidades, menos que en un espectáculo de recortes. Es de llamar la atención, que se refleja el mayor dolor cuando es lidiado a la usanza portuguesa o sea sin muerte en la plaza, porque en estos festejos el sacrificio del animal se produce 72 horas después, añadiéndosele además el estrés producido por las más de diez horas de transporte. Este efecto se produce por la idiosincrasia de esta raza especial y única que es el toro de lidia y por la liberación de las betaendrofinas. Al Director de la Fundación en Huelva le pareció interesante el estudio y mencionó lo importante que es para el aficionado asistir a estos coloquios, para documentarse y tener argumentos cualificados de personas que con su estudio y formación tienen la capacidad de replicar a los pseudo intelectuales, que denigran a la fiesta afirmando tonterías y diciendo mentiras sobre el tan llevado y traído tema de la crueldad en los toros. Posiblemente el estrés y dolor que sufra cualquier animal en el transporte, sea mayor que el del toro bravo durante todo el proceso, debido a esta diferencia hormonal que hace aún más diferente y mágica esta raza . Y cuando llega la hora, el toro bravo sale al ruedo…engallado, buscando pelea y seguro de sí mismo, porque… ese es su temperamento, y no nos equivoquemos, hay toros que saltan la barrera buscando huir por falta de casta…pero hay otros, a los que les sobra carrera y les falta ruedo. En España, aparte de las tradicionales “Corridas de Toros”, existen grupos de jóvenes de ambos sexos, que compiten en el llamado “Concurso de Recortadores”, participan los mejores exponentes del toreo a cuerpo limpio de la península, ahí ejecutan recortes, quiebros y saltos ante toros bravos. Año tras año, aumenta el número de pueblos que solicita este tipo de espectáculos taurinos, en los últimos 10 años el número de estos llegó a 20,000 festejos anuales de este tipo. Los llamados Recortadores, son evaluados por un experto equipo de aficionados teniendo en cuenta la pureza, dificultad, limpieza y torería de las suertes; esta moda, se está extendiendo por toda la geografía española y ha provocado un aumento en la cría de reses bravas. Actualmente hay inscritas en el Registro General 1,237 empresas ganaderas de reses de lidia; porque se mueven más de 1,500 millones de euros al año y se da empleo a más de 70,000 personas, aun cuando muchos no estén de acuerdo con este tipo de festejos. Por las características mostradas en la tienta los toros son escogidos, para ser lidiados en: corridas de rejoneadores, corridas de toros, novilladas con y sin picadores o festivales; los ganaderos cotizan su hierro con base en el encaste y calidad de la embestida de sus toros, esto hace que las figuras pidan a los empresarios lidiarlos en las principales ferias taurinas. ¿Por qué sucede esto?, porque son sinónimo de triunfo para los toreros. Pero el éxito nunca anda sólo y jamás se le debe perder la cara al toro bravo o tener exceso de confianza porque el precio que se paga es muy doloroso y …puede ser muy caro, el toro de lidia siempre sale a morir en el ruedo y por su temperamento y carácter pelea hasta el último momento de su vida; por ello, el torero pone el pecho para matarlo de frente, en la llamada “suerte suprema”. Si a un ganadero le indultan un toro en una corrida normal por su excepcional comportamiento de bravura y nobleza, es porque no se pudo ver o no se manifestó en el tentadero o a campo abierto, de lo contrario se hubiera quedado de semental desde ese momento. El toro indultado en la plaza, regresa a la tranquilidad del campo bravo con todos los honores para padrear a nuevas generaciones y ……a morir de viejo, conservándose por lo general su cabeza disecada para perpetuar su recuerdo y ornamentar con ella, las paredes de la casa ganadera donde padreó y la muestra con orgullo y cariño. Recordemos que sin semental no puede haber becerros ni existir la ganadería, para llegar a ese acto fugaz de la cubrición de la vaca, hacen falta muchas horas de selección en las que el ganadero debe tener presentes muchas cosas decisivas. Hay que elegir de entre los candidatos, a los que cumplan con buenas hechuras, cuello largo, pitones armónicos, patas cortas, lomo recto y sobre todo finura en la penca del rabo, el hocico y las pezuñas, antes de meterlos a probar en la plaza. Porque en la plaza tendrá que demostrar además estas otras cualidades: belleza, arrogancia, nobleza, seguridad, temple y alegría. Fuente : Jaime Montoya ( TORERO )

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